Cuba es internacionalmente conocida por sus raíces, sus tradiciones y su hermosa cultura. Como en muchos países, uno de los elementos más representativos de la forma de vivir y pensar del cubano, es su comida. La gastronomía cubana no solamente es en sí misma un atractivo turístico, si no que es reconocida de forma internacional.  Es un legado de historia e identidad nacional. Es una parte imprescindible de su cultura.
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Cultura y comida en la isla de Cuba

Importancia de la comida en la cultura cubana

Cuba, la perla del Caribe,  es una verdadera fiesta sensorial. Su música, sus colores, su enorme diversidad racial son algunos de los muchos elementos que la convierten en uno de los destinos turísticos preferidos del mundo. Sin embargo su comida, reconocida internacionalmente como una de las mejores del mundo,  se lleva las palmas. La cocina cubana integra elementos muy  variados y distintos con técnicas e ingredientes propios de la cocina española, la africana, la francesa, la china, y por supuesto, la aborigen.

De Europa viene no sólo el trigo, también los cítricos - traídos a su vez de medio oriente- el cerdo y muchas aves de corral, ya que la principal fuente de carne de los aborígenes eran especies de roedores locales, reptiles y productos del mar. De Asia llegan el arroz y posteriormente una horda de inmigrantes trabajadores chinos que también imprimirían su huella en la comida de la isla.  Con los esclavos africanos llega el plátano,  una de las comidas más nutritivas de las que se disponía para que soportaran las largas e inhumanas jornadas de trabajo en los ingenios azucareros. Con la influencia francesa viene un aumento en la importancia del consumo del café y la llamada estilización de la comida cubana.

Cuba depende en gran medida de su turismo y gran parte de su oferta gastronómica está enfocada a el. Aunque el cubano prefiere la carne, el turista usualmente llega ansioso de reventar de marisco. Los preferidos siempre son el camarón y la langosta.

 

La antigua tradición de la comida cubana

Así como las  provincias tienen sus diferentes tradiciones, también tienen sus diferentes formas de cocinar los platos típicos.  Los cubanos no cocinan con picante, su forma preferida de cocción es lo frito. El cubano gusta de mezclar lo dulce y lo salado, y muchos de sus platillos típicos combina frutas dulces como el plátano con alimentos salados. En los últimos años, en parte gracias al desabasto de su revolución, el cubano le agarró gusto a alimentos ricos en harina y económicos como los espaguetis y pizzas. 

Para los estándares actuales, la comida cubana puede parecer demasiado grasosa y nutritiva, pues utiliza muchos cárnicos y gusta de lo frito,  El cubano no almuerza ligero, siempre come caliente y basto, sin importar el clima. Entre comidas gusta de las golosinas típicas y del café.  La comida de calle o de venta afuera de los locales para llevar  es muy popular y se le llama “cajitas”.

El cubano basa su alimento diario en el arroz, los frijoles, algún tipo de carne y algo frito, de preferencia plátanos o yucas, tampoco pueden faltar las ensaladas, con lo mucho que abundan los vegetales frescos.  También el pan se ha vuelto de principal importancia en su mesa. En cuba se cocina del día y el refrigerador se utiliza para conservar pocas cosas, ya que se prefieren los alimentos lo más frescos que se pueda.  Muchas familias crían sus propias aves de corral y las que pueden hasta sus propios cerdos. L a revolución y el desabastecimiento cambiaron mucho la alimentación abundante de la isla,  que tuvo que volverse más austera. Los cubanos mayores recuerdan con mucha melancolía esas épocas de bonanza.

En cuba son comunes las cantinas, lugares en los que se sirve alcohol en contexto rural,   en sus inicios lugares de descanso y esparcimiento de la milicia en el campo. Actualmente fungen como fondas  donde se vende comida para llevar y dieron lugar al dicho "comer de cantina" o comer hecho fuera.   Al cubano le gusta mucho la pizza. Se piensa que se debe a  l gran apertura a la ideología norteamericana de mediados del siglo pasado, sin embargo, se debe más bien a que son un alimento económico y relativamente fácil de preparar que durante el  llamado "periodo especial" se puso de moda por constituir uno de los pocos alimentos calóricos disponibles.