Cuba es una isla extensa en territorio. Es el archipiélago más grande de las Antillas y cuenta con una geografía, clima y orografía privilegiados y desbordantes de vida.
Se cuenta que cuando Cristóbal Colón puso rodilla en tierra en el territorio que actualmente conocemos como Cuba, no pudo contener una expresión maravillada, agachando la cabeza y afirmando en el acto que había llegado a “La tierra más hermosa que ojos humanos hubieran visto jamás”.
Por su ubicación geográfica, Cuba es un país caluroso y muy húmedo, lo que la convierte en uno de los representantes ideales de la tradición caribeña de la vida despreocupada y vacacional.
Aborígenes endémicos de la isla Cuba
La mayoría de las referencias históricas con las que contamos acerca de los aborígenes originarios de la isla vienen dadas por los mismos conquistadores españoles.
Ya desde los primeros desembarcos, se diferenciaron tres etnias indocubanas distintas, la Guanahatabey, la etnia Siboney (o Sibuney) y la etnia Taína.
La alimentación de los aborígenes cubanos
Pescado empanizado
Como es costumbre, los cubanos elaboran muchas recetas a base de pescado. El pescado empanizado no puede pasar desapercibido en el repertorio gastronómico, ya que es lo mejor que saben hacer los ciudadanos de la isla caribeña.
Antes de que la conquista española trajera a esta tierra alimentos extranjeros, los aborígenes de la isla contaban ya con una enorme y variada fuente de nutrientes. Frutas como la piña, guayaba, guanábana, granadina, fruta bomba o también llamada "papaya", y zapote abundaban por doquier.
Contrario a la creencia popular, que los imagina como meros recolectores, los aborígenes ya sabían cultivar la tierra con eficiencia y rotación de cultivos. Como agricultores expertos, sembraron algunos vegetales como el maíz, la yuca, la batata, el cacahuate o maní y el ají (conocido como pimiento en el resto del mundo), entre otros.
Debido a la gran abundancia de pesca en aguas dulces y saladas, la dieta del aborigen también fue rica en proteína proveniente de muchas especies de pescados, moluscos y mariscos, e incluso existen registros de que llegaban a consumir carne de tiburón.
Entre los alimentos del mar destacaban las mojarras, los cangrejos y las jaibas, las anguilas, los camarones, los bivalvos (ostiones y mejillones) en general y hasta algunas especies de tortugas. Del mismo modo, se tiene registro fidedigno de la caza de manatíes con fines alimenticios. Un solo manatí podía alimentar a una tribu completa.
Abundaban también los reptiles (iguanas y cocodrilos) y los roedores, mismos que complementaba la dieta cárnica del aborigen. Parece ser que la técnica preferida de cocción de los alimentos de origen animal fue la llamada "barbacoa", tradición que no sólo perdura hasta nuestros días, si no que se ha extendido y popularizado en el resto del mundo.
Una dieta muy rica
El aborigen cubano tenía una dieta muy rica en nutrientes y era muy sano. Lo que los llevó casi a extinguirse fue la esclavitud y los tratos inhumanos a que los sometieron los colonizadores españoles.
De hecho, fue con la dieta de los indocubanos con la cual de los españoles pudieron sobrevivir en la isla mientras comenzaban a exportar sus propios alimentos europeos, que al principio de la conquista llegaban en grandes buques sólo una o dos veces al año. Los primeros colonizadores tuvieron que sustituir al principio los carbohidratos del pan con alimentos altos en fécula como la yuca, el maíz y los frijoles.
Plátano chatino
Los Plátanos Chatinos, conocidos como tostones, son plátanos fritos, aplastados y fritos nuevamente. Esta técnica les da una textura crujiente por fuera y suave por dentro. Se pueden acompañar con salsa o simplemente con un poco de sal para disfrutar.
Pese a que la conquista virtualmente exterminó a los aborígenes de las etnias cubanas, su cultura gastronómica permanece casi intacta en las raíces de cada hogar de la isla. Incluso podemos rastrear el tamal y el bollo de maíz hasta los aborígenes precolombinos.