Entre las muchas bondades que presenta la gran diversidad natural de la isla de Cuba, se encuentra su enorme variedad de frutas de todos colores y tamaños. Estás fueron parte importante de la dieta de los aborígenes, y actualmente la gastronomía del cubano es impensable sin sus dulces sabores. Nada como un buen plato de frutas para iniciar con el desayuno, opinan los cubanos.