Desde principios del siglo XVIII en la vieja ciudad de Puerto Príncipe se elabora este sopón cuya diferencia con los conocidos ajiacos, está en que para su confección se utilizan además de la variedad de viandas conocidas la adicción del tasajo, carne de cerdo ahumada y pollo, así como la malanga amarilla y azafrán, que debe darle según lo estimado un color de oro al caldo.