Cuba es famosa por un sinfín de peculiaridades que la convierten en una cultura única y llena de maravillas. Una de ellas es su inigualable café de altura.  Convertido en bebida nacional a mediados del siglo XVIII, el aromático y sabroso café acompaña al pueblo cubano en cada mesa y a cualquier hora del día.
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El Café: bebida nacional del pueblo cubano

La llegada de los cafetaleros a cuba

El café que bebemos es resultado de un proceso de cosecha, secado y tueste de las bayas del arbusto de café. El café se da bien en climas tropicales y el de Centroamérica y las Antillas está reconocido como uno de los mejores del mundo. El café no es endémico de la isla de Cuba, lo ingresan los españoles en  la conquista y el primer cafetal se funda a mediados del siglo XVIII.

Después de la revolución de Haití, que era una colonia francesa, se presentó una gran migración franco antillana a la isla de Cuba y con ello la siembra masiva del café, que se dio muy bien por el clima y las características del suelo.  Algunas décadas después, el café desplaza al chocolate como bebida nacional. Cien años después, loscafés o blue plates se convertían en uno de los ramos de negocio más importantes en la isla.  El aromático derivado de este grano se convirtió en parte fundamental del desayuno y en general en el digestivo no alcohólico favorito del cubano. El café con leche es casi  una institución nacional. Se prefiere negro y fuerte; el café aguado es casi como un insulto.

 

Importancia de la siembra del café en la economía de Cuba

El café, junto con la caña de azúcar, se dio tan bien en el territorio de la isla, que en poco tiempo la prospectación económica de los españoles para Cuba en el siglo XVIII se basaba en estos dos cultivos.  Adicionalmente, en la isla vecina de Haití, que para finales de ese mismo siglo mantenía la producción más alta de ambos productos, entró en una etapa revolucionaria, lo que provocó dos cosas, que Cuba tomara la delantera en la producción y que muchos franco antillanos se movilizaran de Haití a Cuba, donde las condiciones del suelo montañoso, trabajo y explotación eran más propicias.

Con esta inmigración se le da al cultivo y consumo de café el impulso definitivo que lo convertiría en la bebida nacional por excelencia.

Para el siglo XIX era cuba quien controlaba mucha de la explotación y precio del café en el resto del mundo, y desplazó a Haití como principal isla exportadora de café.

Como el café estaba tan a la mano, el cubano comenzó a consumirlo varias veces al día. Incluso muchas familias llegaron a sembrar sus propios arbustos de café, y a consumirlo de manera local. Un detalle muy curioso es que la demanda de café se volvió tan elevada en Cuba, que llegado el punto hubo que compensarlo con importaciones de otras islas del caribe, pero se tomaron medidas gubernamentales para  propiciar que siguieran plantándose cafetales y en poco tiempo Cuba retomó su lugar como exportadora.

En la década de los sesentas, Cuba exportaba al mundo cerca de sesenta millones de toneladas de café. La especie que más se cultiva es la arábiga,  que tiene cerca de quince variedades distintas.

 

Importancia del café en la cultura de Cuba

Como resultado de la revolución cubana, la monopolización del café por parte del estado que además priorizó la siembra de caña de azúcar, las restricciones internas para su comercio, los bloqueos económicos y el desgaste del suelo, Cuba ha bajado drásticamente su producción de café en los últimos años, y aunque su producción local aún es importante, actualmente atraviesan de nuevo por un proceso de importación. Se prevé que en los siguientes años Cuba retome su elevado ritmo de producción cafetalera.

Para el cubano, cualquier hora del día es adecuada para tomar una taza de café. En el desayuno es casi de orden religioso, pero también se estila a media mañana, para terminar una comida, a media tarde, y por supuesto, en la cena.  No puede celebrarse una reunión, visita o acuerdo de negocios sin una taza de café, es casi impensable. Tradicionalmente se toma negro y fuerte, pero también es muy socorrido el café con leche, esté último normalmente acompañado con pan.